Volver a las rutinas con el yoga
Rutinas, ¡qué poco me gustan! Será por esto por lo que me cuesta tanto volver a ellas. Aunque tengo que reconocer, que son necesarias. Al menos, yo las necesito. Que me gusten o no, es otra cosa.
CONOCIMIENTOSESTILOS
Si, son necesarias porque hacen que tengas un orden, que te dé tiempo a terminar las tareas que tengas que hacer. Hoy en día queremos abarcar muchas cosas, al menos yo, porque necesito avanzar, porque me gusta hacer, aprender y desaprender, caminar, tropezar y seguir avanzando, porque no me conformo con lo que tengo, que necesito más. Así que, con la cantidad de cosas que tenemos que hacer, es importante tener una pequeña planificación para poder hacerlas todas. Y para eso, necesitamos tener unas rutinas.
Con rutinas, no quiero decir que tengas que hacerlas siempre a la misma hora, los mismos días, pero sí tener claro que hacerlas es importante. Ahora, eso sí, te aconsejo que al menos establezcas esas rutinas por semanas. No las alargues más, o te perderás.
Por qué el yoga te ayuda a volver a las rutinas
El yoga ha ayudado a que me apetezca establecer esas rutinas. Por ejemplo, en mi caso, cada día practico un poco de yoga, ya sean 5 minutos al despertar, como 10 minutos después de levantarse, habiendo despertado el cuerpo, 20 minutos a media mañana, 1 hora después de trabajar o 15 minutos antes de irme a dormir… ¡da igual! Lo necesito. Mi espalda se siente mejor, mis piernas, mis brazos, mi columna, ¡mi cabeza!
Entonces, si puedo establecer una rutina para mi práctica de yoga, podré crear rutinas para el resto de actividades, ¿no crees?
Rutinas matutinas ⇒ tomarse el café, informarse, un poquito de redes sociales, mensajear a las amigas, darle los buenos días a la familia.
Rutinas semanales ⇒ 3 días a la semana gym, 2 días otra actividad, 1 tarde para ir a ver a los "sobris".
Rutinas laborales ⇒ apuntar las tareas que hayan quedado pendientes para ponerte con ellas, añadir aquellas nuevas que se tienen que hacer.
Rutinas de ocio ⇒ quedada con amigos, familia, comidas, tardeos... Quehaceres del hogar (lavadoras, limpiar, recoger).
El volver a reenganchar actividades olvidadas por las vacaciones, costará, pero se conseguirá. Para volver a una rutina después de tiempo, mi único consejo, es que tengas paciencia y, poco a poco, te vendrán las ganas de seguir haciendo. Piensa que un hábito se construye en 21 días y un cambio de estilo de vida en 90 (esto lo leí hace poquito, la verdad es que no tenía ni idea, ¿tu?). Así que con ganas y paciencia conseguirás volver a esas rutinas tan necesarias, tanto para tu cabeza como para tu cuerpo.
Yoga y mente
Lo bueno de empezar a practicar yoga (aquí ya te explico el por qué el yoga te ayuda a volver a esas rutinas), es porque te hace consciente del momento, une tu cuerpo con tu mente y te ayuda a la concentración y poder planificar. Cuando empiezas a practicar, te das cuenta con el tiempo, que es mucho más sencillo establecer esas rutinas. Porque el yoga hace que tu mente se aclare, que la musculatura se suelte y te apetezca hacer más cosas. Te ayuda a concentrarte en momentos de estrés y puede ayudarte a organizarte.
Ya habrás podido leer en muchísimos de los artículos que el yoga no es solo un ejercicio físico, sino un estilo de vida diferente. Y una de las mayores ventajas que tiene es poder aclarar tu mente.
Restablecer esas rutinas después de un largo periodo de tiempo, como después del verano, cuando hay niños que están 2 meses haciendo lo que quieren, levantándose a la hora que quieran. Profesores, mismas vacaciones que los peques de la casa (y no tan peques), Aquellos que se cogen 2 semanas de vacaciones en verano para desconectar, etc.
Después de este descanso, hay que volver a empezar y ¡qué pereza! o ¿me equivoco? No es fácil y quien diga lo contrario, es porque practica yoga. ¡Es broma! Hay personas que lo tienen más fácil y a otras, nos cuesta un poquito más, pero bueno, no pasa nada tampoco. Me meto en el saco, pero tampoco me fustigo.
Recapitulemos
Como he comentado un poco más arriba, una rutina básica, desayunar (quien desayune), ducharse, vestirse, dejar los niños en el cole (quien los tenga), ir a trabajar o volver a casa para trabajar, preparar la comida, hacer ejercicio (y no hablo solo de yoga), la compra, los quehaceres, socializar (super importante para desconectar, súper importante también para no agobiarnos). El día solo tiene 24 horas (y hay que descontar las del sueño, otra actividad vital para que nuestro cerebro rinda) y así, día tras día.
Así que establecer unas pequeñas rutinas para poder llegar a todo, es necesario (entiendes ahora porque lo decía, ¿no?). Ahora, una vez que empieces a practicar yoga, verás que es mucho (bueno, un poco) más fácil volver a empezar. Aunque tengo que te tengo que pedir que tengas paciencia, no te creas que de la noche a la mañana, que por un día de práctica y por arte de magia, podrás establecer esas rutinas y no te costará. Si, claro que te costará, pero será más fácil.
¿A qué esperas? Organiza y añade, lo primero de todo, tu primera clase de yoga a tus rutinas semanales.