El Poder Transformador del Yoga Restaurativo
Vamos a por un estilo para frenar. Vivimos en un mundo lleno de distracciones, demandas constantes, prisas, quedadas, trabajos, vida social... ¿porqué no frenar un poco? El yoga restaurativo alivia el estrés, te ayuda a recuperarte de una lesión, tomarte un respiro y un momento para reconectar... ¿te interesa? Sigue leyendo
ESTILOSCONOCIMIENTOS
Con el yoga restaurativo te sentirás como un oasis de calma y renovación. Esta práctica se recomienda para quienes buscan equilibrar cuerpo, mente y alma en un mundo frenético y demandante. En este artículo, te cuento el origen, cómo es una clase, para quienes está se recomienda, sus beneficios y mucho más.
Orígenes del Yoga Restaurativo: Sanando a Través de la Quietud
El yoga restaurativo encuentra sus raíces en la práctica del yoga tradicional, pero con un enfoque particular en la relajación y el descanso profundo. Se desarrolló en la década de 1970 por el maestro de yoga B.K.S. Iyengar (aquí dejo un enlace del artículo que lo menciono) y la terapeuta física Judith Hanson Lasater, quienes buscaban proporcionar una forma de yoga especialmente beneficiosa para la recuperación física y emocional.
A diferencia de las prácticas más dinámicas y energéticas del yoga, el yoga restaurativo se centra en posturas suaves, sostenidas por períodos largos de tiempo, acompañadas de técnicas de respiración consciente y meditación. Esta combinación permite que el cuerpo se relaje profundamente, liberando tensiones acumuladas y facilitando la recuperación del equilibrio natural.
Te cuento como es una clase.
Las clases de yoga restaurativo suelen tener una duración de 60 a 90 minutos, aunque pueden variar según el instructor y el enfoque específico de la sesión. La estructura de la clase suele incluir una secuencia cuidadosamente diseñada de posturas restaurativas, acompañadas de técnicas de respiración consciente y meditación guiada. Una clase de yoga restaurativo es un regalo para el cuerpo, la mente y el alma, un oasis de calma en tu día a día. Una clase de yoga restaurativo se lleva a cabo en un entorno tranquilo y sereno, con una iluminación suave y música relajante (opcional), para ayudar a esa relajación y la introspección, desconectar del mundo y disfrutar del presente.
Durante una clase de yoga restaurativo, se utilizan varios materiales para apoyar y facilitar la práctica de posturas suaves y relajantes. Algunos de los elementos comunes incluyen:
Bloques de Yoga: Proporcionan un apoyo adicional en posturas que requieren alcance o flexibilidad limitados.
Bolsters o Cojines: Elevan y apoyan el cuerpo en posturas de relajación profunda, como Savasana o posturas de inclinación hacia adelante.
Correas de Yoga: Ayudan a mantener la alineación adecuada en posturas que requieren estiramiento o apertura de los músculos.
Mantas: Proporcionan calor y comodidad durante la práctica, especialmente en posturas de relajación prolongada.
Si tienes quieres saber más sobre estos materiales, pincha aquí y te llevo al artículo que escribí.
Beneficios del Yoga Restaurativo.
Si bajas un poquito verás que son unos cuantos. Es un gran estilo para desconectar de este mundo:
Reduce el Estrés y la Ansiedad: Al fomentar la relajación profunda, el yoga restaurativo ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo una sensación de calma y bienestar.
Mejora del Sueño: Ayuda a calmar la mente y preparar el cuerpo para un sueño reparador, aliviando el insomnio y otros trastornos del sueño.
Rehabilitación Física: Las posturas suaves y de apoyo del yoga restaurativo pueden ser especialmente beneficiosas para aquellos que se están recuperando de lesiones físicas o enfermedades crónicas, proporcionando un enfoque seguro y suave para reconstruir la fuerza y la flexibilidad.
Conecta Cuerpo-Mente: Al practicar la atención plena y la conciencia del cuerpo, nos sintoniza con nuestras sensaciones físicas y emocionales, cultivando una mayor autoconciencia y aceptación.
Promueve la Curación Emocional: Cómo durante la práctica estamos presentes con nuestro interior, puede facilitar la liberación de emociones atrapadas y promover la sanación emocional y espiritual.
Para Quién se Recomienda el Yoga Restaurativo
El yoga restaurativo es verdaderamente una práctica inclusiva y accesible, adecuada para personas de todas las edades, niveles de condición física y habilidades. Se recomienda especialmente para:
Personas que Experimentan Estrés y Ansiedad: Aquellos que buscan una forma de gestionar el estrés y aliviar la ansiedad pueden encontrar en el yoga restaurativo un refugio de tranquilidad y serenidad.
Apoyo de lesiones: Desde atletas lesionados hasta personas en rehabilitación por enfermedades crónicas, el yoga restaurativo ofrece un enfoque suave pero efectivo para reconstruir la fuerza, la flexibilidad y la vitalidad física.
Aquellos que Buscan Profundizar en la Práctica del Yoga: Para los practicantes de yoga más experimentados, el yoga restaurativo puede ofrecer una nueva dimensión de exploración interna y autoconocimiento, complementando y enriqueciendo otras formas de yoga más dinámicas.
Mujeres Embarazadas y Nuevas Madres: El yoga restaurativo proporciona un espacio seguro y amoroso para conectarse con el cuerpo en constante cambio y nutrir el vínculo con el bebé.
Ropa Adecuada: La ropa para una clase de yoga restaurativo debe ser cómoda y que permita el movimiento libre del cuerpo. Se recomienda usar prendas holgadas y transpirables que no restrinjan el flujo sanguíneo ni la respiración. Optar por telas suaves y elásticas puede agregar una capa adicional de comodidad durante la práctica.
En resumen
Una clase de yoga restaurativo es mucho más que una serie de posturas; es un viaje de autocuidado y renovación que nutre el cuerpo, la mente y el alma. Gracias a los apoyos suaves y las técnicas de respiración consciente, llegamos a un estado de relajación y renovación. Así que, si buscas aliviar el estrés, recuperarte de una lesión o simplemente tomar un respiro, una clase de yoga restaurativo te irá de lujo.
Es muy importante parar, hacer una pausa, respirar profundamente y volver a reconectar con nosotros mismos es necesario.