Biomecánica aplicada al yoga

En yoga estudiamos anatomía, es algo primordial si quieres enseñar adecuadamente esta práctica. Ninguna persona es igual, al igual que todos los cuerpos son diferentes. Pero no tenía conocimiento de que existía la biomecánica aplicada al Yoga. ¿Te interesa?

ANATOMÍACONOCIMIENTOS

SalmónYoga

7/7/20234 min read

En yoga estudiamos el sistema cardiovascular, el nervioso, el digestivo, el endocrino, el respiratorio, el muscular, el óseo. Y hace unas semanas vi por las redes que se impartían unas masterclass sobre la Biomecánica aplicada al Yoga. Sinceramente, jamás había oído hablar de esto, y me apunté a hacerlas. Ariel de Gatica impartió estas clases y lo que aprendí en ellas me sorprendió de tal manera que he decidido hablaros de esto.

La descripción de la biomecánica según nos dice Ariel, es “la disciplina que estudia el movimiento del cuerpo humano”.

Cómo siempre os digo, para practicar yoga se necesita paciencia. La mayoría de personas con las que hablo les obsesiona la elasticidad, sobre todo abrir las caderas, llegar a tocar con la cabeza las rodillas y plegarse como una pinza (Uttanasana - foto 1; paschimotanasana - foto 2, veréis que cada uno llega donde puede, incluso se pueden doblar las piernas, ambas son buenísimas).

Ariel nos explica que no hay nada peor que la obsesión de llegar a posturas extremas, y a lo único que vas a llegar es a que te rompas y que tengas que reposar. Esto es algo que recalco siempre en mis clases.

Para llegar a este tipo de asanas tenemos que ser conscientes de la anatomía de cada uno y ahora soy consciente de que también debemos tener en cuenta la biomecánica. La forma de los huesos, la curvatura de la columna vertebral. Esto influirá mucho en si vas a conseguir llegar más allá o más acá.

Con las obsesiones lo único que puedes conseguir son lesiones, frustración y así dejar de practicar. Así que, las dejamos en un cajón mejor, ¿no? Me gustaría que, con lo que os voy a contar hoy, me hicierais caso y así evitar unas lesiones por cabezotas (habla una de las personas más cabezotas del planeta, pero en temas que no impliquen lesiones).

Por lo tanto, estamos de acuerdo en que todo depende de la forma que tengan tus huesos, en si vas a conseguir abrirte como un libro de tapas blandas o si te quedarás a 2 palmos del suelo o a 5.

Hablemos de los mitos en la práctica del Yoga y porque es importante entender la biomecánica.

Uno de los mitos de los que nos habló Ariel fue de la flexión cervical. Debemos tener en cuenta que la columna tiene 4 curvaturas naturales, cervical, dorsal, lumbar y coxis. Cuando damos clases, siempre que indicamos que pongamos la espalda recta, la mayoría de personas modifica esas curvaturas. Empezando por las cervicales, intentamos llevar el mentón hacia atrás, hacer una retroversión de cadera para poner más recta la lumbar. Al hacer esto, lo único que haces es aplastar los discos intervertebrales haciendo que se deshidraten y que sean más finos pudiendo ocasionar hernias (si lo prolongas).

Dicho esto, tenemos que erguirnos, pero sin exagerar (todo llevado al extremo no tiene buenas consecuencias).

Si se hace una vez, durante unas respiraciones, no pasa absolutamente nada, pero hay que tener cuidado.

Lo mismo ocurre cuando decimos que tenemos que poner la espalda recta. Cuanto mayor modificación de esas curvaturas, mayor será el dolor que puedas sentir, a la larga. Cuanto mayor espacio haya entre las vértebras, mayor hidratación tendrán los discos, menor índice de lesión. Como nos explicó en su día, si intentas saltar (centímetros) con la espalda modificada te sientes como un mazacote. Cuando das ese saltito sin esa modificación es como si cayeras en algodones. Si queréis intentarlo, no deis un gran salto, con solo levantar 1 – 2 centímetros del suelo lo podrás percibir.

Otro de los mitos que me hizo preguntarme muchas cosas es que la rodilla no puede pasar las puntas de los pies. Si es cierto que en algunas posturas el tobillo tiene que estar alineado con la rodilla, como en Anjaneyasana (1ª foto), porque, desde mi punto de vista estiras mejor el isquiotibial, psoas, cuádriceps. En esta postura, si flexionas de más la rodilla y tienes problemas en la rótula, puedes llegar a lesionarte o empeorar esa lesión, si ya la tenías.

Pero en Utkatasana (2ª foto), sobre todo en los principiantes, si la rodilla no pasa la punta de los pies, puedes hacerte mucho daño en la lumbar ya que tienes que hacer una mayor compensación lumbar y no merece la pena.

A ver, como todo, tú eres el dueño de tu cuerpo y tú eres el que tienes que ser consciente de tus limitaciones y evitar lesiones y dolor. Una práctica consciente es lo más inteligente.

Siguiente mito, llegar al máximo y forzar para ganar flexibilidad. ¡Error! Si haces eso lo único que puedes hacer es que te rompas e incluso en lugar de estirar, contraer aún más. Oír un catacrack no es bueno y puede hacer que te quedes sin poder hacer ejercicio durante mucho tiempo.

Para ganar flexibilidad tienes que calentar la musculatura primero y eso solo se consigue sin llegar al máximo, pero manteniendo el estiramiento durante más tiempo. Poco a poco la musculatura se relaja y se estira más.

De lo último que me gustaría hablaros es que, como dice Ariel, no te creas todo lo que leas. El yoga es muy beneficioso y hay asanas con muchos, muchísimos beneficios, pero no para todos.

Como he dicho al principio, cada persona es un mundo y cada cuerpo es diferente. Una asana que me beneficie a mí no tiene por qué irte bien a ti

* Cuando imparto clases repito una y mil veces que, si algo duele, por poco que sea, que me lo digan, que esa asana se puede adaptar o cambiar.

No quiero lesiones en mí misma, ni en mis alumnos. Evitar dolor es muy importante. Que te duela la musculatura porque estás haciendo un trabajo muscular no es malo, pero hay que saber distinguir el tipo de dolor. Para que sepáis un poco más de mi (por si no sabéis lo suficiente) me encanta dar clases a principiantes, o personas que quieran iniciarse en esta práctica, pero no se atreven, para así poder corregirlos evitando que se lesionen y que no vuelvan más. Si no me hacen caso o no me cuentan lo que sienten, no puedo hacer nada. Como digo siempre, yo sé lo que yo siento no lo que sientes tú.

Escuchar vuestro cuerpo es muy importante, solo tenéis uno.